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domingo, 18 de septiembre de 2011

Vanesa Guerra, sobre PEQUEÑO TERRITORIO DE LO CIERTO, de Marcelo Carnero

De todas las lecturas posibles que asume Pequeño territorio de lo cierto, voy a compartir la que me invitó a apuntar estas ideas.
Lo que habla en esta obra es uno y es múltiple, pareciera que esa fuerza de lo que es uno al tiempo que múltiple, está decidida a ampliar los límites del mundo que habita para re-habitarlo y re-habitarse en otro modo.
Tal fuerza apela a la herramienta del lenguaje y del acto, escribe, se escribe. Se lanza a una zona sin tiempo, ni espacio, y en ese gesto, los va forjando.
Pero ¿qué le impulsa? Quizá una experiencia de dolor que no encuentra nombre, que orbita embargándole cada vez;
esa experiencia de dolor busca su cifra y su sino; insiste en identificar, asir, atravesar lo que hace presencia (porque la presencia es plena y es permanente y todo lo goza) pero sin atravesarla, sin ubicarla, sin recortarla, es lo anterior a la posibilidad errática de la memoria; es la cosa fija, la presencia de lo inmóvil, un estado anterior a la mueca del grito, una afección que no halla expresión humana, que conforma lo más duro del silencio, el corazón mismo del silencio. Un puro cuerpo sin voluntad alguna.
Para esta obra, el origen no es el verbo, el origen es el silencio, lo anterior a la palabra, que siempre es posibilidad de lenguaje pero también -si acaso no hallara cauce- es su imposibilidad.
Carnero busca y explora esa instancia, construye un prototiempo: el silencio de la cosa,
y luego, el desgarro de comenzar a hablar.
El acto es desgarrarse del cuerpo silente; por eso, tal vez por eso, recuerdo un verso de su libro Sentido de la oración, que resuena, ahora y en este contexto, como la forma de vencer al cuerpo sin voz.
 Ha escrito:
Lenguaje es esta vieja derrota en la garganta

El cuerpo queda marcado en su herida, la herida del habla.
Habrá que vencer al puro cuerpo, para que el cuerpo sepa que es cuerpo, cuerpo humano, que puede dejarse habitar y animar con la voz.
Y la voz, en la palabra marcada para siempre en su origen de silencio,
sabrá palpitar en este texto, su silencio irreductible, real, pavoroso, inextricable.
El cuerpo hospedado en la voz, la voz hospedada en el cuerpo será entonces una de las experiencias de lenguaje en este nuevo trabajo de Marcelo Carnero.
 Luego, será propicio extraviarse, pues esa fuerza, esa voz, esas voces que construyen Pequeño territorio de lo cierto, advierten:

Todos los relatos que se puedan invocar, incluso el mío, llevan una larga herencia de descomposición

así anota el poeta, el escribiente, el narrador, el hacedor de esta aventura.
Pues en esta aventura, Eso, lo que insufla, denota fuerza vital, y se escribirá así mismo bajo la necesidad de construir una memoria, un tejido de relatos que le cobije y le relance en nuevo origen hacia otro lugar,
pero antessoportará el dolor de una espesura sin voz.
La experiencia en su periplo asume lo pétreo, el desierto, el dormitar narcótico, el amanecer empetrolado.
Se lee:
Despertábamos estirando las manos en el petróleo negro donde los  suplicios resbalan sin que podamos nombrarlos
Habrá una identidad para siempre perdida en la inacabada memoria, acaso cosificada en la materia perfecta o imperfecta de su indecibilidad.
Relatarse desde allí, invoca y construye  una lengua de fuego, dirá Carnero, una lengua de exilio, una lengua que no entra en la boca, que deforma los gestos y que obligará a agrandarse la boca con un cuchillo.
Pues nos advierte, nos recuerda, que deforma tanto el silencio, que hurguetea y nos decrece de tal forma la existencia que habrá que hacer lo que haga falta,
quedar a la intemperie de las cruces,tajear las comisuras, agrandar la boca de lado a lado, para que esa lengua inflamada haga mundo, haga el mundo, y en él
una posibilidad y un movimiento.

Vanesa Guerra es escritora y psicoanalista

En narrativa publica:
Mil Gardenias –relato.  Antología Voces para Lilith.  Editorial Estruendomudo, Lima Perú, 2011.
La sombra del animal- cuentos. Editorial Bajo La Luna. (Primer Premio Fondo Nacional de las Artes 2007)
Metáforas del Lunar Conyugal -cuentos. Editorial Nueva Generación, Buenos Aires, Abril 2000.
Ejerce como psicoanalista en la Ciudad de Buenos Aires. Los ensayos que ha publicado en medios digitales y gráficos rescatan los cruces entre la literatura, el arte y el psicoanálisis.
Desde 1993 dirige la Revista Transdisciplinaria Con-versiones.